Desde los 10 meses, la mayoría de los niños son capaces de sentarse, ya tienen algunos dientes y agarran todo lo que tienen a su alcance, lo que evidentemente incluye la comida.
Tu hijo ya no es un bebé y pasará gradualmente de los purés a los alimentos que se comen con las manos y otros sólidos.
A partir de este momento podéis empezar a comer en familia. En otras palabras, ya puedes ir guardando la batidora; bastará con que aplastes la comida o la cortes en pedacitos.
Ya puedes hablar con tu pediatra para revisar la dieta de tu hijo y la introducción de alimentos.