La leche materna tiene todo lo que tu bebé necesita en los primeros meses de vida, en cuanto a cantidad y composición adecuadas, siempre disponibles y completamente gratis.
Ningún otro alimento para bebés ofrece tanta protección contra infecciones y enfermedades. Los estudios muestran que los bebés amamantados sufren con mucha menor frecuencia de infecciones de oído, diarrea o infecciones respiratorias y del tracto urinario. Además, en la vida adulta, son menos propensos a algunas enfermedades intestinales o diabetes tipo 2, por ejemplo.
La succión en el pecho promueve el desarrollo de los músculos de la boca y ejercita la mandíbula. Este ejercicio tiene un efecto positivo durante etapas posteriores del desarrollo, cuando tu bebé comienza a comer alimentos sólidos y más tarde a hablar.
Si durante los primeros seis meses sólo le das leche materna a tu bebé, se reduce el riesgo de alergias. También es aconsejable al principio evitar productos con leche de vaca, para que ninguna proteína extraña llegue a su intestino.
La lactancia materna es calmante, también para vos. Te ayuda a relajarte y reponer fuerzas. También, desde la primera vez que le das el pecho a tu bebé, tu cuerpo libera grandes cantidades de hormonas, que fortalecen aún más los sentimientos maternos.
Tu salud también se beneficia: amamantar a tu bebé de manera regular desde el comienzo reduce el riesgo de infecciones y sangrado después del parto. Incluso se reduce el riesgo de contraer cáncer de mama.
La lactancia también puede ayudarte a recuperarte después del parto. Se queman más calorías y se puede perder peso poco a poco y suavemente. Tu vientre también retrocede más rápidamente.